El locutor es un ente que ejerce una poderosa influencia sobre el comportamiento de la sociedad son al igual que los medios, los que hacen que las sociedades sean los que quieren y deben ser.
Con un lenguaje fluido el locutor influye en la preocupación, forma y comportamiento de la sociedad, con el buen empleo del lenguaje oral en un locutor, se matizan características estructurales que con el paso de los años crean patrones y como ejemplo tenemos en Monseñor Nouel, a Radio Bonao, sus buenos locutores de ayer hicieron lo que esta es hoy, un medio de comunicación de masa y respeto por parte del oyente.
La pobreza de léxico en un locutor es grave pues al no conocer sobre cultura general, gramática y sobre todo tener una correcta lectura la que podría llevarle en cierto momento a la improvisación, pero al no tenerla, podría ser capaz de no incentivar al oyente es por lo que un buen locutor debe preocuparse por ampliar su vocabulario.
En Bonao tenemos decenas de supuestos locutores carnetizados por reconocidas escuelas nacionales, los que al parecer pasaron por sus aulas sin saber que pasaron y los tenemos en los cuatro canales de televisión y en las cinco emisoras de esta provincia Monseñor Nouel, y los hay que hasta pedagogía han estudiados e imparten docencias en colegios privados y escuelas publicas y puede usted escuchar diariamente un penoso pobre léxico.
En apena el comienzo del festival de programas navideños, pudimos escuchar en nuestro monitoreo diario para fines de evaluaciones en “Los Premios Farándula del Año 2009-2010”, a varios locutores y/o animadores adoptar termino que en el uso de la palabra hablada, resultan un tanto vulgares o anticuadas. Escuchamos palabras por ejemplo: Pascueros por Pascuales, se la estamos bajando dura a la competencia, estamos barriendo con ellos, les estamos chupando los caramelos entre otras sandeces, lo que provoca no solo que se vulgarice el medio sino que llevan un mensaje errado a la sociedad.
Esta opinión, es a propósito de conocer que la escuela Otto Riveras, graduó a una serie de hombres y mujeres en el lenguaje oral, (de locutores) y mi hermano y amigo Santiago Santos esta entre ellos es por lo que aspiro, que con estos apuntes se vuelva a crear conciencia en el uso del lenguaje en la radio y la televisión, un cambio en ese sentido dependería mucho de la superación intelectual no solo del locutor sino de los usuarios de los medios de comunicación de nuestro pueblo quienes también se convierten en basuras sociales cuando no se le emplea un buen lenguaje que ralla en lo inmoral.
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