Washington. EFE.- El presidente de EE.UU., Barack Obama, anunció ayer el envío de 30,.000 soldados adicionales a Afganistán pero al mismo tiempo el comienzo de la retirada en junio de 2011, en su nueva estrategia para una guerra que “no está perdida” pero en la que se ha retrocedido.
En un discurso de 35 minutos en la academia militar de West Point, donde su predecesor, George W. Bush, defendiera en 2002 su doctrina en favor de los ataques preventivos, Obama advirtió de que el movimiento talibán ha cobrado impulso y la red terrorista Al Qaeda mantiene sus refugios a lo largo de la frontera con Pakistán.
“El peligro no hará más que crecer si la región retrocede y Al Qaeda puede operar con impunidad”, advirtió.
Por ello, indicó, “he decidido que es en nuestro interés nacional vital el enviar 30,000 soldados estadounidenses adicionales a Afganistán”, donde está desplegada una fuerza internacional de cerca de 100,000 militares, de los cuales 68,000 proceden de EE.UU.
Estos refuerzos “nos ayudarán a crear las condiciones para que EE.UU. pueda transferir la responsabilidad a los afganos” y que las fuerzas locales puedan hacerse cargo de la seguridad de su propio país, el objetivo final en la guerra, destacó.
Las tropas adicionales tendrán como misión atajar la insurgencia -y debilitarla de modo que el Gobierno afgano tenga ocasión de asentarse- y proporcionar seguridad a centros de población claves. La presencia estadounidense en Afganistán, subrayó Obama, no será indefinida, ya que la retirada de estas tropas comenzará en junio de 2011. Dejó abierto cuándo concluirá esta salida, algo que funcionarios estadounidenses habían indicado que dependerá de cómo evolucione la situación sobre el terreno. En este sentido, lanzó una dura advertencia a los dirigentes afganos y al Gobierno del presidente Hamid Karzai, a los que indicó que “se han acabado los días en los que recibían un cheque en blanco".
Obama afirmó que apoyará a los líderes “que combatan la corrupción y defiendan a la gente”, pero al mismo tiempo espera “que los que no sean eficientes o sean corruptos tengan que rendir cuentas". Con respecto a Pakistán, aseguró que el éxito en Afganistán está “inextricablemente ligado” a ese país y Washington reforzará su alianza con Islamabad sobre “unos cimientos de intereses mutuos, respeto mutuo y confianza mutua".
Espera aliados ayuden con “guerra”
El presidente estadounidense expresó también su convencimiento de que sus aliados aumentarán su contribución, pues “lo que está en juego no es sólo una prueba de la credibilidad de la OTAN, lo que está en juego es la seguridad de nuestros aliados y la seguridad común del mundo".
“Algunos han aportado ya tropas adicionales y tenemos confianza en que habrá nuevas contribuciones en los próximos días y semanas”, indicó Obama. El primer ministro británico, Gordon Brown, ya ha anunciado 500 soldados más.
A finales de esta semana comienza una reunión ministerial de la OTAN en Bruselas, a la que tiene previsto asistir la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y los aliados abordarán la nueva estrategia estadounidense.
El refuerzo, admitió Obama, no será barato. Lo cifró en cerca de 30.000 millones de dólares en un año, un millón de dólares por hombre.
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