Por Robert Vargas /
Santo Domingo Este.- Si esto hubiera sucedido en un país en el que sus funcionarios e instituciones se respetara, como mínimo, el Jefe de la Policía, Rafael Guillermo Guzmán Fermín debería estar cancelado, habría renunciado o, simplemente, estaría preso.
Pero esto es República Dominicana, donde la justicia y la opinión pública son tuertas y solo ven lo que les da la gana.
Debido a las múltiples ocupaciones de los últimos días, no habíamos tenido tiempo de hacer al menos un comentario sobre este tema.
Ahora aprovecho para decirles a ustedes lo que pienso.
De lo que les estoy comentando es del informe oficial emitido por la Procuraduría General de la República en el que se informa de que, según las investigaciones, los presuntos secuestradores de Eduardo Balderas, de Nagua, sencillamente fueron ejecutados, asesinados a sangre fría por varios policías, que en su momento, fueron presentados como "héroes" de la República por Guzmán Fermín, tenido por un sector de la población como un auspiciador de asesinatos, cuando no como un criminal.
Esta vez, cuando el Procurador General de la República y los fiscales investigadores daban declaraciones a la prensa, Guzmán Fermín se cuidó de no aparecer como lo hizo en los días finales del "secuestro" de Nagua, como si fuera una estrella de cine hablando y mintiendo hasta por los codos.
Ha preferido el General mantener un perfil bajo porque sabe que ha quedado como un vulgar mentiroso ante los ojos y los oídos de un país al que pretendió venderle la versión de que su puñado de potenciales asesinos eran unos "héroes" porque "salvaron" al país de un par de malvados.
Hasta los ascendió de rango y enviaron fotos a todos los periódicos para que el país conociera a sus "héroes".
Como dirían los muchachos de los populares Alibabá
-"¿Y ahora? ¡Eh!, ¿Y ahora? ¡Eh!".
¿Qué dice ese pundonoroso general que mintió de manera descarada al país entero cuando se puso a llamar por teléfono a todas las emisoras de radio y programas de televisión para salir en directo y decir que "en estos momentos se produce un enfrentamiento con los secuestradores en la loma de...".
Guzmán Fermín sabía que mentía. Es un vulgar mentiroso y protector de criminales.
Como mintió cuando dijo que el grupo de transportistas afiliados a la FENATRANO asesinados por una patrulla policial en el Mirador del Sur habían sido abatidos por sus tropas "en un intercambio de disparos" cuando el grupo participaba "de un asalto".
Como lo hizo cuando una patrulla de la PN mató a varias personas en una gasolinera de Santo Domingo Norte cuando llegaban a cobrar una deuda al propietario del establecimiento.
¿No sería mejor decir que "vamos a investigar las circunstancias en que..."?
¿Porqué mentir de manera tan reiterada en esos casos? ¿Será porque, quizás, es un asesino convencido sediento de sangre?
Guzmán Fermín en este momento debería estar destituido de la Jefatura de la Policía, pero no ocurre así, porque el presidente Leonel Fernández, su Jefe, parece estar a gusto con esa política de asesinatos, la misma que parece haber aprendido de Joaquín Balaguer, que no de Juan Bosch.
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